jueves, 28 de mayo de 2009

Imposibilidad para olvidar(te)


Nunca alguien como tú, me causó tantas miradas perdidas. Tampoco tantos minutos seguidos, y tristes, en un autobús. Intento desconectar de todo mientras escucho música, pero es imposible. Es demasiado tonta la idea de querer olvidarte cuando te desbloqueo una media de dos veces al día, para ver cómo te encuentras. Y con lo que me encuentro es que eres feliz, que sigues enamorado y que esa persona te está correspondiendo. Esas son las señales más claras y significativas que puedo atender si leos tus te quieros y los suyos, hacia ti. Es difícil explicarme por qué esto me influye, es decir, por qué me molesta, y un poco, todo esto... En realidad, ya sabes, gastamos mucho tiempo en hablar sobre los asuntos de tu corazón. Yo siempre te dije que acabaría rindiéndose a tus pies, y ahora, que supuestamente lo ha hecho... ya no te queda nada más que hacer. En teoría, eres feliz así. Y en la práctica, supongo que mucho más. Y a mí, mientras, me duele intentar aplicar en mi propia práctica el hecho de no necesitarte, de no saber de ti.


Por un lado, deseo con todas mis fuerzas que comience este verano, y así, poder regalarme tiempo, para hacer muchas cosas: descansar, dormir, dar paseos en bici y nadar por las noches en mi piscina. Tomar el sol, disfrutar de una cocacola fría en el hotel de la última playa y de muchas noches calurosas, pero con brisa, que despeinen los mechones de mi pelo. Y así... disfrutar del sol, de las estrellas...y de otro de mis cumpleaños.


Pero todavía quedan muchas semanas para todas estas cosas...y mientras...mientras no hago más que cometer un continuo error, el de recordarte en cualquier esquina de esta ciudad que no conoces, y que me temo, ya no conocerás, o al menos, no con el fin de verme, visitarme, o hablar conmigo durante más de media hora seguida, y contarme por qué todo esto.


Debería no tratar más este tema, centrarme en otras muchas cosas y querer más a quien me quiere de verdad. Tú nunca lo has hecho. Y tampoco nunca me lo has dicho. ¿Por qué tengo que pensarte, entonces, yo? ¿Por qué tengo que gastar tiempo de mi tiempo en imaginarme qué habrá pasado por tu mente al no verme ni tenerme? Son preguntas, más que retóricas, sin sentido. No tienes la capacidad de echarme de menos, tampoco la de quererme ni la de guardarme una milésima parte de tu corazón para mí. No eres consciente del daño que puedes producir en un cuerpo pequeño como el mío y por momentos... No cabe la posibilidad de olvidar todo esto aunque vuelvas. También sé que no lo harás. Tu orgullo es mucho más grande que el razonamiento que deberías poner en práctica para analizar cada error, cada metedura de pata y cada frase que deberías haber evitado. Sólo hago más que perder el tiempo...y tengo la estúpida sensación de que meses atrás, también lo perdí, intentado cultivar una amistad, y haciendo feliz a alguien que para mí, cada día era más importante que el anterior.


Y no te puedo pedir que olvides las cosas porque a día de hoy, te habrás olvidado hasta de mi segundo apellido y del color de mis ojos cuando lloro. De la clase de sueños que suelo tener y del cansancio y a la vez, alegría, que me producen los niños. De muchas cosas... Si hablamos de olvido... volvemos al dolor, y hoy no puedo permitirme el lujo de llorar. Hoy ha hecho un día precioso, y debería, cuanto menos, regalarle una última sonrisa a mis padres.

3 comentarios:

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  2. Te entiendo...
    Pero déjate llevar, seguro que hay más a tu alrededor...

    Besos

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  3. Dejate querer por quien te quiere de verdad Laura!!

    Si algo estoy pensando yo ultimamente, es que 'esos' que quieren de verdad o hacen el intento son los que se merecen los pensamientos y nuestras ganas de echarlos de menos...

    Yo a dia de hoy, trato de que asi sea y poco a poco parece que va surgiendo efecto.

    Un beso!

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