lunes, 25 de octubre de 2010

Dímelo tú.

Y que más dará si un día vienes y me dices qué es lo que he sido para ti, si lo más probable es que para entonces no pueda creerte. Y con qué ojos se supone que tengo que mirarte cuando vuelva a verte. Qué tipo de palabras debo usar para no acordarme del daño que me has hecho. Y cómo tengo que comportarme mientras alguien que no es tú me dice cosas bonitas que podrían haber salido perfectamente de tu boca. ¿Con qué tipo de guarnición se come una todo esto?

viernes, 22 de octubre de 2010

Tu sonrisa


Creo que al mismo tiempo que me vuelve loca tu sonrisa, me inundan unas (in)explicables ganas de odiarla. Quizá, porque ya no la beso; o tal vez, porque nuestras sonrisas sabían hablarse.

No te he olvidado.

No te he olvidado porque entraste en mi vida cuando yo tenía 9 años. No te he olvidado porque me lo prohíbe mi naturaleza, mi forma de vivir y de sentir. No te he olvidado porque aunque estés lejos yo sé que existes y ocupas un lugar inmenso en esa parte de mi memoria que me mantiene intacto el recuerdo de la etapa en la que contemplo a la Laura más feliz, más soñadora de todas. No te he olvidado porque de intentarlo, sé que terminarías volviendo a mi cabeza, más tarde o más temprano. No te he olvidado porque necesito pensar que una parte de ti sigue viva en mí. No te he olvidado porque me ayudaste a construir recuerdos contigo y creamos vivencias que disfrutamos juntos. Y sobre todo, ante todo, no te he olvidado porque con solo mirarte haces que recuerde la etapa más bonita de mi vida.

domingo, 17 de octubre de 2010

Hay ciertas cosas que no se deberían perder nunca, como por ejemplo, las oportunidades. Y también hay ciertas cosas que no se deberían escuchar nunca, como por ejemplo, que sólo eres una chica que está muy lejos.
Porque ocurre que existen palabras que te quitan de golpe toda la ilusión. Y ocurre que estas cosas suceden y te impiden seguir confiando en lo que un día confiaste hasta dolerte. Hay ciertas palabras que no deberían haberse creado, ni haberse anotado en los diccionarios.
Y hay ciertos momentos en los que todos deberíamos ser un poco más inteligentes, y pensar antes de actuar, pensar antes de pronunciar lo que puede repercutir en el corazón del otro, pero me temo que este mundo sigue funcionando a velocidades demasiado elevadas, la vida transcurre más que a pasos forzados y ni siquiera encuentro una explicación, una razón coherente que me diga por qué.

miércoles, 13 de octubre de 2010

No se trata de eso.

No es orgullo, ni siquiera es falta de paciencia. Es cansancio.

martes, 12 de octubre de 2010

¿Tomamos un café?

Esta entrada es especial para mi, sí, diferente y especial. En esta entrada os informo y os invito al mismo tiempo a conocerme un poquito más, aunque es muy probable que el lugar al que os invito sea única y sencillamente la prolongacion de este blog, de este pequeño rincon donde vuelco (y seguiré volcando) mis pensamientos, mis emociones, mis sentimientos mas reales y mis deseos mas primarios. Desde esta entrada os dejo otra puerta abierta, la de un café donde, si quereis, podeis sentaros, y mirar a través de una ventana distinta, leer pequeñas frases, (pequeñas verdades al mismo tiempo). Supongo que he decidido abrir este "pequeño café" para tratar de seguir construyendo frases que me expliquen por qué siento lo que siento. Sin embargo, tambien soy consciente que una parte de este nuevo rincón va a seguir ligado a uno de los vértices importantes que forman este blog, pero sereis vosotros mismos quienes lo descubrais. Me gustaria no dedicar las lecturas del café a una única persona, a esa persona de la que suelo escribir cuando estoy alegre y también cuando estoy triste, pero también sé que si eso me ayuda a verlo todo desde variadas perspectivas, aprenderé a andar soltándome de peso y cargas innecesarias, me enseñaré a mi misma muchas cosas y seré una autodidacta de las mejores maneras de vivir, pese a todo, que no contra todo. Tampoco sé si será un acierto o un error o si alguna vez la persona en cuestión se encontrará de frente con tanta sinceridad, pero eso no me preocupa. Por tanto, este café queda abierto a todos y todas a quienes os apetezca pasar un pequeño rato en compañía. (No admite comentarios ya que no se trata de blogger, sino de un microblog que no lo permite). Aun asi, si quereis, siempre podreis comentarme aquí.

Al primer café, invito yo.

Nos vemos en el café

domingo, 10 de octubre de 2010

Has sido mi antibiótico predilecto.
Has sido el origen de mis sueños.
Has sido el baúl de mis recuerdos.
Has sido el patio de mi recreo.
Has sido el querer, siento y puedo.
Pero ahora...ahora he pasado de no saber
lo que yo soy para ti, a no saber lo que tú eres para mí.

sábado, 9 de octubre de 2010

Otoños que no volverán.

Que si me pongo a repasar algunos de los episodios de mi vida y rebobino bien bien... estás tú, ahí, en esos otoños bonitos. Los que en nada se parecen a los de ahora, porque ahora ya no existe la combinación de tupresencia-hojascaídas-mifigura-parque y castañasasadas. Porque ahora ya no puedo disfrutar de nada de eso contigo. Porque ocurrió todo demasiado deprisa. Porque nunca somos realmente conscientes de lo rápido que pasa el tiempo. Porque tratamos de pensar en que siempre tendremos tiempo para todo. Porque tú no recuerdas todo eso con la misma intensidad, pero te aseguro que aquellos otoños para mí, fueron impresionantes. Y que, por qué no, me gustaría ser algún día uno de tus otoños, con marrón en mis pupilas, en la lana de la bufanda que abriga tu cuello para evitar tu tos o cualquier resfriado indeseado. Que me gustaría convertirme en un lugar con varios metros cuadrados en tu corazón, para paliar la parte del dolor que no merecías recibir. Que si lo piensas, fue genial compartir esta estación tan triste pero tan armónica y agradable a los ojos.

viernes, 8 de octubre de 2010

Creencias que me llevan hasta tí.


¿Te acuerdas del día que te envié esta foto casi a primera hora de la mañana, diciéndote que quería volver ahí contigo? Supongo que me dejé llevar, que quité por entero el polvo de las paredes y los rincones de mi corazón. Creí estar viviendo una realidad infinita que pudiera abrirme los ojos, y mantenerme así, despierta, y al mismo tiempo, sumida en un sueño de esos que no suelen tenerse, y que si se tienen, nadie logra acordarse de ellos al despertar. No sé por qué pero me imaginé contigo ahí, y en otros tantos sitios, despiertos, dormidos, con los ojos entreabiertos, colmando de amor cualquier superficie y recorriendo laberintos juntos. No sé por qué pero me ha asaltado una duda... ¿vas a permitir que te quiera toda la vida? ¿vas a cuidar ese cariño, a recordar que sentiré algo por ti el resto de mis días? Sea lo que sea, espero que tu respuesta, al menos solo esa respuesta, si llega algun dia, no me haga daño. Y si es así... sólo podré mirar esta fotografía con el anhelo de lo que podría haber cambiado todo sólo con un cambio en tu guión, en tus planes, en tu cabeza.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Por una vez en tu vida.

Prepárame una ración diria de miradas penetrantes. Cálame de amor en las pestañas. Inventa una palabra para mí. Déjame una risa cerca de mi espalda. Recicla las palabras que no te hacen falta. Vacíate de capítulos tristes para dejar espacio a los que están por venir. Haz que existan. Acúnate entre los espacios de mis costillas que te esperan como siempre te han esperado. Bébete de golpe toda la amargura de los días pasados. Confía en las palabras que llevan de remolque amor inmenso y promesas. Abandona al miedo en la cuneta más lejana a tu casa. Apréndete de memoria el recorrido hasta las plantas de mis pies para ir subiendo poco a poco hasta mi ombligo, y hasta mi boca, que te pronuncia verdades que no duelen. Déjate curar el alma por una vez en la vida, por una vez en tu vida.

lunes, 4 de octubre de 2010

Por muchas razones.

Te quiero por lo que eres, por lo que hemos compartido, por las veces que retaste a la madrugada, por las noches que te aliaste a la vida y tentaste al sueño. Te quiero porque le diste la espalda al olvido durante muchos minutos de muchas noches, estirado sobre tu asiento, viendo mi boca moverse, mis manos moverse, mi pelo moverse. Te quiero porque durante muchos días seguidos me creí ser algo tuyo, algo importante, muy importante. Te quiero porque tu estómago también dio pequeños toques de atención a las cinco de la madrugada, antes de todo lo que después sucedió. Te quiero porque me hiciste reír de verdad y como nadie, como nunca. Te quiero porque te gustó el juego de escribirnos mensajes en la tripa y en la espalda mientras jugamos a vivir. Te quiero porque a cada una de tus miradas, le seguía cada uno de mis besos. Te quiero porque contigo las noches eran siempre estrelladas y los días estaban llenos y llenos de rayos de sol. Te quiero porque a tu lado hacía más calor, y al mismo tiempo, sentía escalofríos con la yema de tus dedos entre mi oreja y mi cuello. Te quiero porque me hiciste feliz con muy poco. Te quiero porque te creí bueno, inocente, casi perfecto. Te quiero porque te pusiste celoso uno de los días que no pude quedar contigo. Te quiero porque temías que pudiera preferir a otra persona antes que a ti. Te quiero por esa actitud infantil y entrañable a la par. Te quiero porque te he querido durante muchos años y porque sin salir de la gasolinera, ya hiciste despertar todos esos sentimientos. Te quiero porque te dejabas mirar, y sobre todo, te dejaste querer. Te quiero porque la primera vez que fuimos al cine no podías estarte callado y yo me reía en bajito pensando que era eso precisamente lo que quería repetir cien veces y otras cien más: tocarte el brazo, sentir que estaría siempre cerca tuyo, quererte en cada respiración suave y latente, y sentir tu inspiración. Te quiero porque no puedo remediarlo, y porque acostumbro a dar sin pedir nada a cambio. Te quiero porque mi corazón siempre traza su propio camino, y escribe sus propios decretos, esos que yo no puedo modificar aunque me hagan mucho mucho daño. Como tú. Por no saber hacerlo mejor.

domingo, 3 de octubre de 2010

Nada divertido.

Seguro que incluso antes de que nos conocieramos tu sabias que alguien como yo te iba a querer mucho, mucho. Seguro que yo en aquella época también creía en los típicos príncipes azules y en las tópicas historias que narran los cuentos de hadas. Pero el caso es que nos encontramos, como ocurre en las historias especiales de las películas que más nos conmueven, por casualidad. Y ahora mismo tampoco sé si en algún momento te consideraste afortunado por conocerme. Al menos yo así lo siento, pero no siento que sea divertido esto de encontrar algo que quieres mucho y no puedas tenerlo. No puedo sonreír ante la idea de querer mucho algo, en este caso, tus labios, tus ojos, tu manera de hacerme vivir...y no poder quedármelo.

sábado, 2 de octubre de 2010

¿Qué harías tú?

Soy cabezota, he estado 13 años de mi vida mordiendome las uñas, no me gusta la sacarina y no le veo el punto gracioso a que llueva torrencialmente mientras voy al trabajo. Me da mucha rabia perder cosas que en su día guardé en dios sabe qué sitios para encontrarlos después, y mucho más resignarme a pensar que nunca más podré volver a utilizarlas. No me gusta ver la cama sin hacer y me molesta que en la balanza de ciertas personas el orgullo pese más que el cariño. Mi color favorito siempre ha sido el azul, y nunca me ha gustado el número 5. Tampoco pienso demasiado en mis manías porque lo cierto, es que no tengo una gran lista. Aunque si pudiera, si tuviera la posibilidad de cambiar algo para siempre....sería no poder sentir el frío que siento por las mañanas, cuando el despertador me aleja del sueño en el que por fin volvemos a hablarnos, a encontrarnos. Entonces abro los ojos y recuerdo las instantáneas del sueño que me ha regalado la madrugada. Si pudiera, haría cualquier cosa por retrasar los minutos de esa alarma tan poco querida, por poder sentir calor por las mañanas tras despegarme de las sábanas. Tú...si pudieras hacer algo que quisieras mucho ¿qué sería?

viernes, 1 de octubre de 2010

Palomitas, melodías y palabras.

Quiero preparar una cena contigo. Que huela a palomitas desde tu cocina. Que te dejes acariciar y me vuelvas la cara para besarme, para impedir que vea la película. Quiero que me busques detrás de esos escaparates que a ti te gusta mirar tanto, que sigas mis pasos, aunque no sepas a donde van. Que te inventes una cancion para uno de nuestros momentos y me la cantes al oído, sin letra. Que tararees tu palabra favorita con una melodía desconocida. Quiero que confías del todo en la vida, y que, ya de paso, me hagas confiar a mi también en ella. Quiero que abras las manos, que te dejes querer, que no tengas tanto miedo de pasarlo mal. Quiero que no te pongas corazas, ni barreras demasiado frías y duras a las que yo no puedo siquiera atreverme a derribar. Quiero que expongas tu dureza con cualquier persona que la pueda soportar pero no conmigo. Quiero que un día quieras decir algo.

Un solo motivo.


Átame a tu vida, a tu cuello, a tus recuerdos, a algun album viejo que forme parte de tu vida, a los días que aún no has vivido, a las mañanas que te ven despertar, a las tardes que te notan cansado.
Átame a tus palabras, a lo que escribes por las noches, a un pensamiento nocturno.
Átame de alguna manera, o déjame al menos un motivo sobre mi mesa para que pueda sonreir por ti.
Para que pueda sonreír.