miércoles, 3 de noviembre de 2010

De dramas y finales

Desde el minuto cero creí estar viviendo una película contigo, un drama romántico cuyo final deja algo de desesperanza en los negativos y sueños reciclados en los ilusos. Esa película la montamos entre los dos, besándonos, queriéndonos cuerpo a cuerpo de la mejor manera que sabíamos: diciéndonos la verdad, exprimiendo los minutos compartidos, viviéndonos como si nadie pudiera quitárnoslos nunca. Un drama romántico en el que la chica se deja la piel por hacer que el chico se enamore de ella perdidamente, por hacerle creer que el amor no tiene por qué doler siempre, que las lágrimas también pueden saber a felicidad, o a la nostalgia soportable que te hace sentir bien.
Un drama romántico del que he salido malherida, e intento con las pocas fuerzas que me quedan, de encontrar el modo de volver a ser quien era, de intentar recordarlo, de adivinar como se puede olvidar a alguien como tú.
Desde el minuto cero me devolviste las ganas de volver a confiar en corazones ajenos, en palabras pronunciadas en voz alta, en latidos constantes llenos de sentimientos, en mis sensaciones, en el futuro incierto.
Desde el minuto cero me hiciste creer que esta película tenía un valor indescriptible para ti y ahora, despues de todo, he descubierto que solo ha sido un trailer que incluso ha desaparecido de tu memoria fotográfica.

3 comentarios:

  1. Entonces no te merece.
    Empieza aunque sea duro a olvidarle. Que el mar está lleno de peces y no desperdicies tiempo con quien nunca mereció entrar en tu reino.

    Besos

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  2. Porque lo cuentas así, tan bonito, que casi parecería que no duele... pero duele...

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  3. Ningún amor muere, solo cambia de lugar en la memoria (dicen por ahí).

    Que más da lo que digan. Sonríe porque sucedió.
    Renace de tus propias cenizas, algún día arderán con la misma fuerza.

    :)

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