miércoles, 11 de febrero de 2009

Los días que (me) quedan para poder verte


Pienso en los días, en las horas, en los minutos y (casi) en los segundos que me quedan pasar sin ti para poder verte. Por primera vez, después de tantísimos años. Con otro rostro, otra expresión en los ojos y una boca preciosa. Pienso en los días que tengo que tachar para poder dejar de esperarte y tenerte enfrente y decirte que así, teniéndote, no puedo echarte de menos. Aún así no quiero adelantarme a los hechos, porque quizá cuando nos encontremos, un abrazo bastará y no harán falta más cosas. No vamos a forzar nada, lo sabes, lo sé.


Me conformo con que vengas, que estés, cerca, ahí, a una distancia máxima de dos metros de mis ojos y mis brazos y mis piernas. Podré soñarte igualmente, pero entonces abriré los ojos, y serás real. Estarás. Eso es lo importante (para mí). Puede que no nos besemos, que no nos rocemos o que no tengamos ganas de darnos calor y de robarnos caricias; pero ahora dejo de pensar en eso para concentrarme en que vas a estar. A veces sólo basta la presencia de alguien que es tu mejor medicina para no desear algo más. Aunque te mentiría si no dijera que no he pensado cada noche y cada cuatro segundos en cómo será uno de los tuyos, sí, uno de tus besos: en mi mejilla, en mi cuello, en mis labios, en mi ombligo, en mi lunar más perfecto...y hasta en mi nariz.


Es como decirte que tacho estos días que quedan para verte que se dibuja una sonrisa imperfecta en mi boca pero que lucha contra cualquier arruga o pequeño agujero de mis pómulos para poder ser perfecta, y que así, se prepare, para que tú la veas, y se mantenga intacta, para que me veas realmente feliz, como lo soy sabiendo que SÍ vas a venir. Y que después de un sí, y luego un no, y finalmente un sí...descubro que a veces (y sólo a veces) los sueños, o parte de los sueños que nos creamos dormidos o despiertos, empiezan a hacerse realidad. Y sé que a veces esos sueños sólo duran semanas, o incluso días, o únicamente un breve fin de semana, pero eso me basta, ahora, en esta etapa de mi vida, para levantarme con más ánimo y mirar hacia el sol sin cerrar los ojos del todo, y decirme que puedo...y que es bonito vivir.

2 comentarios:

  1. a veces la distancia fisica no es la más dura, sino la distancia emocional... Volver a reencontrarse despues de un tiempo y darse cuenta que uno no puede correr a los brazos de alguien, que apenas si hay unos centimetros entre vosotros y sin embargo, un abismo os separa....

    ResponderEliminar