jueves, 26 de febrero de 2009

Sonrío porque eres y porque pintas en mi vida

Me atrevo a decir que soy feliz porque estás, porque eres, porque pintas (mucho) en mi vida. Y porque, (lo más importante), QUIERO que pintes. Eso significa todo. Y lo sabes. También sé que soy feliz por tus mensajes a las doce de la noche, cuando ya estoy dormida y me despierto ya por la mañana, bien temprano, y desayuno tus palabras, tus te quiero, tus "estoy seguro de esto y el quererte hace que todo sea más fácil"... Puede que hasta tus palabras también me faciliten el creerme que esto puede ser real. Pero estás lejos, y somos conscientes. No temes las adversidades y yo las miro de reojo y con recelo. No quiero que nada, que ningún factor externo pueda romper con lo que queremos construir juntos. Es tiempo de querernos, pero también de vivirnos, y aunque de tarde en tarde... asegurarnos mutuamente que esto sí puede ser...
Eres joven y aún así dices estar seguro de muchas cosas de las que yo ya aprendí a estar segura cuando era (todavía) más joven... por eso no me asusta enamorarme. Por dicha razón no me molesta tenerte lejos e invertir tiempo, ganas y dinero en quererte, en afianzar algo que nos hace ilusión... al fin y al cabo, la vida es eso ¿no? O debería serlo. Movernos, luchar por ilusiones.
Tengo tantas cosas que decirte...tantas ideas se pasan por mi cabeza...que ni siquiera soy capaz de ordenarlas, quizá por falta de tiempo o porque me enredé entre las extremidades de tu cuerpo y ya ignoré cómo podía salir... Nunca he sido tan feliz teniendo mis piernas entre las piernas de otra persona, nunca he sido tan feliz compartiendo mi cama, ni mis sábanas, ni mis noches, ni la pequeña luz que iluminaba lo justo para detectarnos las miradas, tus pupilas...Dios, son tan bonitas... Y tu perfil... sin más, es perfecto. Y cuando te quedas fijamente mirando cualquier cosa y tienes la boca medianamente entreabierta...ahí, ahí te quiero todavía mucho más. Y te preguntarás por qué.
...Y también te quiero porque mi cojín sigue oliendo a ti. Porque me acuesto cada noche y mis brazos lo acogen y empiezo a extrañarte mucho más que ayer. Esto debe ser algo bueno, esto debe significar que todo va magnificándose por sí solo... y que no quiero perderte. Y que me gusta tenerte, y que quieras ser el único. Que esto me hace sonreír...y no te miento si te digo que también tengo miedo. Pero de miedos te hablaré otro día, no puedo permitirme estropear todo esto. Al menos, no hoy...

No hay comentarios:

Publicar un comentario