viernes, 15 de enero de 2010

Sin voz

Te digo a principios de semana que estoy enferma, que me duele muchísimo la garganta y los oídos, pero parece ser que haces caso omiso hasta que después me preguntas qué me pasa, más concretamente. Y cuando ya regreso del médico, cuando un cajero fallido no me puede proporcionar MI dinero para comprarme varias cajas de medicamentos que se supone que son para ponerme buena, y al final voy a otro, y despues a la farmacia... no encuentro respuesta.
Y te digo en prosa (y en verso podria haberlo hecho) que me encuentro mal, y he perdido la voz por momentos. Y siento salir mi pulmon cada vez que estornudo... pero eso no te importa demasiado, bueno, a quien trato de engañar...eso no te DEBE importar demasiado.
Soy una amiga, sin mas, con dolores en varias partes de su cuerpo y seguiria alimentando la parte idiota de mi personalidad si esperara otras cosas.
Y creo que me he acostumbrado a algo (ya no me afectan tanto las palabras bonitas que me dices de cuando en cuando, y me las encuentro de sopetón ante mis ojos en esta pantalla de ordenador), y eso era uno de los primeros pasos que tenía que dar. Y por esa parte, estoy contenta. Ya era hora, supongo.
Ahora faltan muchos más. Pasos. Y después más y más. Hasta hacer mi camino, sin ti, a mi lado.
pd) También he sido capaz de dar un segundo paso y marcar mis huellas atrás. Ya puedo decir bien alto que no sabes ni debes ni puedes ya, ser mi antiinflamatorio perfecto, mi pastilla preferida o mi jarabe dulce. Hace tiempo que olvidaste la manera de cómo cuidarme y la técnica de para curarme, y lo mejor de todo es que debia ser asi, y que yo ya aprendi que asi era.

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