domingo, 8 de noviembre de 2009

No puedo esperar (porque no ocurrirá)


No puedo esperar que algún día te despiertes y cambies tu forma de pensar, porque sí. No puedo esperar a que comprendas que no desterrar recuerdos felices es una tarea compleja, pero que, a fin de cuentas, te aporta razones para ser feliz, durante más tiempo. No puedo esperar que algún día te veas con las ganas de hablarme de mí cuando era pequeña, de cómo me veían tus ojos, o de verte sonreír mientras me lo cuentas. No puedo esperar a que cambies en la manera de tratarme, no puedo concebirte como un ser no ambivalente por la maldita razón de que perdí el contacto contigo y yo no sé cómo vas a responderme en los momentos en que mis labios o mis manos te lancen preguntas, cuya respuesta necesito conocer la mayoría de las veces. Me siento algo estúpida al intentar encontrar palabras que a ti no te apetece escribir. Me siento sola cuando hablo de lo que fuimos, de lo que vivimos, sabiendo, de antemano, que a ti no te agrada recordar. Tienes que vivir el presente, me dices... y sí, estoy de acuerdo, yo también lo hago, pero no ocurre todos los días que dos personas como tú y como yo se reencuentran y tienen la posibilidad de transmitirse recuerdos que, por alguna estúpida casualidad, podrían perderse entre tus paredes y mis techos. Entre tu vida y la mía. Entre los caminos que nos separan y las rendijas de la memoria que nunca podrán ser restituidas por otras menos endebles. Asi funcionan las cosas (debe ser).
Yo sólo quería asegurarme mi estancia en tu cabeza. Yo sólo quería contar en tu vida aunque de manera mínima y casi indestacable. Yo sólo quería tener un nombre fijo en tu vida, un número, una voz, una imagen. Y me temo que han surgido demasiadas incompatibilidades. Me temo que somos diferentes en la manera de sentir y de actuar. Yo habría preferido verte ante muchas cosas, tú habrías preferido dejar escapar el momento.
Y ahora, ahora ya no sé siquiera si me quedan fuerzas para cerrar las manos con eficacia, para poder quedarme, así, con las bonitas palabras que me dijiste, y que se colaron en forma de regalo en mis oídos, prometiéndome no marcharse nunca.

5 comentarios:

  1. autocompasión?
    masoquismo?
    amor incondicional?


    No sé, suena absurdo.


    Felinamente.
    Lu.

    ResponderEliminar
  2. Sé que puede sonar absurido para ojos de los demás, pero yo creo en lo que siento, y por tanto lo transmito.

    No creo que ningun sentimiento sea absurdo, es absurdo no ser consciente de una situacion, de la actitud que se toma en cada momento.

    Además, la perfeccion de los sentidos no existe.
    O eso pienso yo.

    ResponderEliminar
  3. Me parece que tienes todo el derecho a expresarte como tú quieras. Tu dolor, tus sentimientos... sin ningún tipo de censura de nadie. Recordé un poema de Bebedetti, leyéndote y te dejo un fragmento. Yo se lo dediqué un día a alguien, llena de dolor:

    "Tengo que amarte,amor, tengo que amarte
    aunque esta herida duela como dos
    aunque te busque y no te encuentre
    y aunque la noche pase y yo
    te tenga, o no".

    Un beso

    ResponderEliminar
  4. ¡Qué difícil es cuando los sentimientos no fluyen en los dos sentidos!

    Ánimo y un beso muy fuerte.

    ResponderEliminar
  5. Creo que tienes mucho valor al expresarte así.Nadie siente tanto como tú lo que te pasa, y nadie que no seas tú encontrará el camino adecuado ( el que sea) para superar tus deseos no cumplidos.
    Me gusta , en mi medida, acompañarte, no se´si te servirá de mucho, pero te envio un abrazo.

    ResponderEliminar