martes, 29 de junio de 2010
Seamos realistas.
Necesitarse (o no).
Insuficiente.
sábado, 26 de junio de 2010
Tú no has aprendido de los errores y yo no he podido perdonarte.
viernes, 25 de junio de 2010
Decepción.
Érase una vez, dos desconocidos: dos completos desconocidos.
martes, 22 de junio de 2010
Me da rabia.
Sin embargo, a veces creo ser valiente por luchar y exponerme a algo que sé que dolerá. Como una hoja de papel que limita tu futuro. De todas formas, el sol va a seguir saliendo y yo tendré que hacer lo mismo. No habrá nada que me calme tanto como el dormir y el desaparecer un ratito bajo las sábanas que huelen a verano. No habrá nada como caerme del todo para poder (y querer) levantarme de nuevo.
lunes, 21 de junio de 2010
Armarse de valor.
Para mí, armarse de valor es calzarse unos zapatos grandes y seguir caminando como si nada. Y creo que salir (o almenos intentarlo) hacia adelante es colgarse una sonrisa blanca y unos ojos a punto de gotear rocío.
Ser fuerte es mirar hacia el futuro, pensar en el presente, y clasificar el pasado, quedandote con lo bueno sin aferrarte a él mas tiempo del permitido para no caer en la aterradora melancolia, que acaba comiendose todas nuestras fuerzas. Todo esto es complicado, lo sé, pero creo que de haber una salida, la mia consiste en la de elegir bien con quien me quedo, aunque esta sea otra de las cosas mas complicadas que tiene la vida.
domingo, 20 de junio de 2010
¿De verdad no hay tiempo para todo?
Porque, joder, ya está bien.
miércoles, 16 de junio de 2010
Tristeza, nervios y sueño.

domingo, 13 de junio de 2010
Lo último que te diría.
jueves, 10 de junio de 2010
El desorden más absoluto y la tierna idea de liberarme.

domingo, 6 de junio de 2010
De todos modos, felicidades.
Mañana es 7 de junio. Mañana es tu cumpleaños. Hace un año te escribí esto. Supongo que estaba rota de dolor y llena de dudas. Y tú sin saberlo. Aún así, hace un año aún albergaba una pequeña esperanza de que todo se arreglaria entre nosotros. Y de que abrirías los ojos un poco, y que no serías (tan) orgulloso conmigo. Supongo que pensé en que pese a todo sería alguien realmente importante para ti, o simplemente alguien con quien contar, como el resto de las personas que te rodean. Pero me equivoqué. Como tantas otras veces.
Y supongo, también, que es algo que ya he me perdonado, pero siempre dejé que me calaras demasiado hondo, y eso acaba dejando secuelas que no siempre el tiempo está en disposición de borrar. Hoy pensé en aquel cumpleaños al que acudimos los dos y fui tras de ti incansablemente. En aquel entonces yo no era nadie para ti, ¿por qué debería haberlo sido después? ¿por qué he tenido que ilusionarme con una amistad que tú has perdido y ni siquiera te sientes algo abandonado? Creía que eras especial, pero no supe ver durante mucho tiempo que la única que apostaba por la relación que teníamos era yo, y no tú. Creía que todo volvería a su cauce, y que mañana, en tu 22 cumpleaños, podría escribirte un mensaje o llamarte para que escucharamos nuestras voces. Pero tú lo cambiaste todo, y yo tuve que cortarlo todo.
He borrado tu número de mi móvil, aunque sigo recordandolo. He intentado borrar tu nombre de mi cabeza, pero la tele no hace más que recordarmelo. He intentado no acordarme del dia de tu cumpleaños, pero, como tantas otras cosas, es imposible. Culpa mía, quizá.Porque quizá no tenga remedio.Aún así, creo que me merezco todo eso que no has sabido darme.
De todos modos, felicidades. Aunque no puedas oirlo.