domingo, 13 de junio de 2010

Lo último que te diría.

- Las cosas no duelen porque sí, ¿sabes? Pero, en realidad, no sé por qué te pregunto esto, si tú ya hace mucho tiempo que perdiste la capacidad de comprender mi dolor. Es así de simple, y de angustioso. O lo era. Ya no busco tu comprensión, hace tiempo que dejé de hacerlo. Y supongo que mi plan de no sufrir inútilmente por alguien como tú está resultando efectivo. Para ello, tengo que cruzarme contigo a varios metros y girar la cara. ¡Quien me hubiera dicho hace años que me veria forzada a hacer algo asi, a volver mis ojos hacia mi madre y no querer mirarte, ni decirte hola tras el cristal! Pero es así. Es lo único que puedo hacer para no volverme mas pequeña ni romperme en mas pedazos que tu ya no recoges ni utilizas para formarme de nuevo y por entero. Por eso no puedo saludarte en estos momentos, y dudo que lo haga despues, cuando nuestras vidas esten mas distanciadas, (que en realidad es lo que quiero) para no sacar mas cosas del pasado ni acordarme que tu estuviste en mi vida. Las cosas no duelen porque si, y ya que ni la ausencia de mis saludos te duelen ni molestan ni irritan, deja que yo siga viviendo sin tu recuerdo y sin tus ojos azules. Es lo único que me hace falta para que mi vida sea mas bonita.

1 comentario:

  1. Me gusta que hayas cambiado el nombre de la etiqueta( aun será mejor, cuando se transforme en Te quiero a Ti).
    Un beso

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