miércoles, 9 de diciembre de 2009

El primer paso o la equivocación más clara

Hace tiempo me propuse que jamás hablaría de ti, o de mí contigo, o de nosotros en este blog. Me prometí que nuestra historia había acabado por y para siempre. Que no te merecías más palabras, más recuerdos, y que yo tampoco me merecía recordar algo que fue, y quizá, no volverá a ser más. Pero las cosas o los pensamientos cambian, y sé que seguirá siendo así, y puede ser que dentro de un tiempo tenga la imperiosa necesidad de borrar todo esto sin que ni siquiera tus ojos lo vean ni tu boca lo llegue a leer. Pero necesito escribirte. No me ha costado retener mis palabras porque sé que tú tampoco tienes demasiadas palabras para mí, que, como te he dicho, estoy muy por detrás de la gente que ahora forma parte de tu vida. Porque los dos nos alejamos, porque te noto distinto, porque pensé que estabas más cerca, quizá podamos recuperarnos, no como antes, pues es difícil. Y llevas razón. Pero a veces cambio, siento, y prefiero llevarme bien con la mayor parte del mundo, enterrar cualquier signo de dolor que pueda sumergirse en algún mar sin nombre, e intentar salir afuera a respirar, para poder verte como siempre quise verte. Para reconocerte, identificarte, y aún así sé que hasta esto será difícil porque tú no eres el mismo, y en su día desée que no cambiaras nunca.
No sé, ahora, resumir en palabras lo que eres, o lo que fuiste, o lo que podrás llegar a ser cuando pase el tiempo. También sé que reharás tu vida cientoveinte veces más, y yo ya no estaré ahí. Que no tendré ningún puesto de honor en tus días, y eso no es lo que más me duele. Lo que me duele es el tiempo perdido, las palabras que faltaron, y las que sobraron. Tantas magulladoras que pasaron desapercibidas ante tus ojos, en mi piel. Tanto lamento y tanta soledad no compartida. No sé, ahora, si lo más correcto es incluirte en este blog, pero también en este blog hay escritos sobre personas que no se merecen mis palabras y personas que me hicieron mucho daño. Al fin y al cabo, creo que sólo puedo hablar de las personas que me influyeron. Y tú lo has hecho hasta este momento.
Esperaremos a ver qué ocurre a partir de ahora. Si somos fuertes, si me hablas, si te escucho. Si podemos conseguir algo, lo que sea. Pero los dos, ambos, y no por separado. No tú y yo.

3 comentarios:

  1. Las promesas no siempre se cumplen, por mucho que lo desees... Si estás atada a alguien es difícil hacer un corte limpio a vuestros recuerdos. Sólo puedes gritarlo en alto, hasta que no le encuentres sentido a tus palabras dirigidas a él... Y aún así, es complicado que ocurra.
    un beso!

    ResponderEliminar
  2. ya tienes tu propio puesto de honor en tus dias, xa que quieres otro que no está a la altura?
    es dificil dejar atrás lo que fue, pero tu tb reharás tu vida.

    un beso

    ResponderEliminar
  3. Estarnos midiendo constantemente, es un desgaste enorme.Saber si dimos la talla, o los demás la dieron con nosotros,son cuestiones que muchas veces son dificiles de eliminar de nustra cabeza y menos aun de nuestro corazón.Escribirlo a veces te exorciza.
    Unbso

    ResponderEliminar