martes, 27 de abril de 2010

Nada tuyo.

No puedo, ni quiero, ni debo, ni merezco seguir viviendo pisando estas calles que tú pisas, y dejando que mi corazón se alborote a cada coche naranja que pasa por delante de mis narices.No es sano vivir así. Tú más que nadie debería saberlo, pero no hay nada que te recuerde a mí aunque pises zonas que juntos caminamos. Yo eso no quiero cambiarlo, y tampoco lo haría.

No me gustaría alimentar mi vida de un rencor que desee generar taquicardias o pequeños palpitos en ese corazon tuyo. Por eso mismo, solo me cabe esperar que todo cambie. Que la fragilidad se escape un día por la puerta entornada, y que no vuelva, hasta que tú también te hayas ido. Para así, poder seguir paseando con total normalidad, como si nuestro pasado nunca hubiera sido nuestro, y como si a mi pasado, ya no le quedara NADA tuyo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario