miércoles, 14 de abril de 2010

No habrá recuerdos que rescatar, ni fotos que mirar.


Resulta, por una parte, paradójico que hayamos llegado hasta este punto. Extraño, raro, "increíble". O, en pocas palabras, inesperado. Pero es así. Así de simple, supongo.

Hoy nos hemos cruzado la mirada y un saludo a una distancia de dos metros. Nos separaban dos cristales, y a la vez, un mundo. Un mundo que se ha quedado en cenizas. O ni eso. Tú lo has visto con tus propios ojos.

Y volviendo al encuentro espontáneo y breve, me han dado ganas de esconderme bajo el cuello de mi chaqueta, me han dado ganas de taparme los ojos con las manos, de cerrarme la boca con una cremallera, para ocultar así cualquier expresión. De todas formas, ya no tengo expresión alguna cuando te veo. Porque al verte, siento que eres alguien nuevo, un desconocido, una persona que se cruza conmigo por primera vez. Alguien a quien sólo puedo atribuirle un nombre específico, un físico concreto. Pero nada más. Te veo y no te conozco. Al igual que tú a mí, porque supongo que a estas alturas si te convencerás de que ya no sabes cómo soy. Si sigo siendo la misma, o por qué cosas puedo sentirme feliz.

Y no sé cuantos saludos más como éstos me quedarán por vivir, supongo que pocos, e igual de cortos, y supongo que es lo que los dos queremos. Te he sentido a miles de kilómetros, y esta distancia ya no aprieta, ni ahoga, ni me descuartiza en pedazos frágiles e inestables. Antes sí, no quiero mentirte, ¿pero ahora?

Ahora te miro y veo que se ha perdido mi necesidad y deseo de profundizar bajo tus gafas, hundirme en tus ojos, y nadar de una de tus pupilas a la otra. Se han perdido mis ganas de acariciar todo tu cuerpo con mi índice derecho y cubrirme con tu brazo para no sentir más frío. Ya no quiero vivir más primaveras, veranos, otoños e inviernos contigo. Supngo que tampoco quiero compartir la misma ciudad y si la suerte te sonríe, y si se cumplen tus sueños y los de los demás, vas a marcharte. Y entonces serán más km, entonces esos encuentros no tendrán espacio ni lugar. Entonces me veré mucho más fuera de tu vida y más tranquila. Y no´habrá preguntas.

Y, por último, decirte que la conclusión de todo esto es que por fin puedo tragarme los recuerdos, bostezar palabras, fragmentar el texto de las cartas que nos intercambiamos, y esconder las vivencias en algún rincón al que ya no vuelva jamás.

Y si nos queda algo, supongo que son nuestros rostros en fotografías ya viejas. Pero me las como también. Desaparecerán. Desapareceremos. Y no habrá restos de nuestras existencias en nuestras respectivas vidas.

Como si yo NUNCA hubiera existido para ti.

Así debe ser. Así es.

Y así será SIEMPRE.

3 comentarios:

  1. Oye , los cuellos de las chaquetas deberían tener un nombre más respetable que ...
    " cuello de chaqueta " .
    Porque , para nuestro caso , querida chica de ayer...
    en nuestro caso , un cuello de chaqueta funciona como guarda espaldas.
    No se , dime tú .

    ¡ Saludos!

    ResponderEliminar
  2. Michelle, lo siento pero no sé qué quieres dar a entender con lo que has dicho.
    Un nombre mas respetable?? he utilizado "cuello de la chaqueta" porque queria referirme precisamente a eso, al cuello de mi chaqueta, sin más.

    ResponderEliminar
  3. ¿Cómo puedes saber que así será siempre? A no ser que seas una sibila... ;-)

    ResponderEliminar