Me decía que se le daba bien reír, pero mucho mejor llorar. Me confesaba que se le daba bien vivir, pero muchísimo (pero muchísimo) mejor soñar. Me contaba que se le daba bien correr, pero mucho mejor andar.
Una mañana, llena de rayos de luz, me preguntó:- ¿Por qué crees que me duele tanto el corazón?
Y mi respuesta fue:
- Te duele tanto el corazón porque lo que mejor se te da es querer. Quieres con cada milímetro de tu corazón. Quieres en cada mirada, con cada pestañeo. Quieres tanto, que te duele. Sí, sin duda, es eso lo que mejor haces.
me encanta, en serio, es genial
ResponderEliminarY no es poco. Saber querer no es fácil. A mi me cuesta más dejarme querer.
ResponderEliminarBesos
Lauraaa me encanta!!!
ResponderEliminarsigo por aqui, aunq no me veas :)