miércoles, 5 de mayo de 2010

No supo comportarse.

Le araño el corazon, supo cortar y pegar todas sus lagrimas en un cuento de papel. Le acaricio el alma un par de veces buscando en ella amor de contenedor. Quiso su extasis, su pasion momentanea y dos noches de alcohol y besos baratos. Le sobraba el amor certero, los suspiros contados, los sueños dorados. Le dejo la parte fria de las sabanas en su cuerpo para congelarla, derrocho tiempo en darse calor para dejarla helada, le sonrio por costumbre y le llevo el desayuno a la cama por casualidad.
No supo comportarse, pero nunca lo supo. No se dio cuenta de todas sus heridas, y sí fue perfecto en eso de agrandarle viejos rencores y dolores que le habian marcado demasiado hondo. No le acariciaba el pelo para no hacerla sentir sola, sino para poseerla cinco minutos mas. No le tocó cada parte de su abdomen para contagiarla algo de cariño, sino para sentir algo de placer que echaba de menos y sentirse él, asi, menos solo, o mas admirado, pero ya no quedaba admiracion por ninguna de las dos partes. Ningun tipo de amor, nada de nada, pero, como casi en todo, tuvo que pasar el tiempo para que el se olvidara de eso, y ella se arrepientiera de TODO.

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