domingo, 21 de junio de 2009

Aunque no en tu vida

Desde pequeña siempre me gustó andar descalza, por la playa, por la casa... Ahora me sigue gustando. Y me gusta agarrarme de la mano de alguien cuando estoy segura de sentir algo. Me gusta mirar a una persona para ponerle nerviosa y que esa persona sienta unas irrefrenables de besarme. Y que al final, termine por hacerlo.
Me gusta la horchata, pero no sola, sino con café. Me gusta tener sueños despierta, pero sobre todo, dormida. Sólo así parecen de verdad, sólo así parecen cumplirse.
Me gusta que a veces mi madre venga a taparme como si no hubieran pasado los años. Me gusta recibir por sorpresa, alguna carta, aunque a veces sea del banco. Me gusta despertarme y creer que será un día bonito.
Me gusta escuchar la risa de mis amigos y provocarla en la persona que me gusta. Me gusta la fotografía y los viajes. Aunque no pueda hacerlos, me gusta imaginármelos, o recrearme en otros que ya hice, como si parecieran eternos y tuviera la capacidad de volver a sentir de cerca algo que sentí hace años.
Me gusta la arena húmeda y oscura de la playa a las nueve de la noche. Me gusta ver cómo se escapa el verano entre los dedos de mis pies y las yemas de mis dedos. Entre mi lengua, el agua, el sol, la sal... Me gusta verme cumplir años y a las personas más importantes alrededor de la tarta. Me gusta la voz de mi hermano por teléfono, aunque mucho más poder tenerlo cerca.
Me gustan las reconciliaciones pero prefiero no tener que vivirlas. Me gustan las letras, los libros, las poesías y las postales llenas de frases.
Me gustan las canciones lentas y suaves que te hacen desear tanto. Me gusta quedarme despierta treinta minutos cuando me meto en la cama, y pensar en todo, incluyéndote a ti, a veces.
Me gusta idearme cosas que a pesar de saber que no las viviré, podrían haber sucedido si el tiempo, las voluntades y el destino se hubieran puesto de acuerdo y hubieran firmado un pacto conmigo y contigo y con el resto del mundo.
Me gustan mis ojos cuando ríen y mi sonrisa cuando habla sin decir nada. Me gusta mi corazón cuando palpita por algo que se base en el amor, en el deseo, en la pasión y en el sexo.
Me gusta los huesos de mi cadera y mis pómulos. Me gusta que me miren de reojo y pronuncien mi nombre. Me gusta ver las montañas y soltar adrenalina bailando.
Me gusta el calor reconfortante de las mañanas dentro de mi cama y el frío que me despeja a las siete. Me gustan las calles mojadas que pisan mis pies y las pieles suaves que tocan mis manos.
Me gusta mirarte cuando estás cerca de mí y pensar que es uno de los mejores momentos que puedo vivir. Me gusta querer besarte pero no tanto no poder hacerlo, o retraerme porque no soy yo a quien quieres. Me gusta sentir cosas aunque no tanto no saber por qué son así, de incomprensibles, tal vez. Me gusta escuchar música en tu coche, aunque sólo haya sido un par de veces. Me gusta sonreírte porque sólo así llego a imaginar que podrás quedarte un recuerdo mío más firme, más sostenible...y que habrás elegido una sonrisa para quedártela. Me gusta que me abraces sin que yo te lo pida o porque tú lo necesites. Me gusta sentir tu espalda con mis brazos y mirarte intermitentemente a los ojos aunque me hagan pensar en muchas cosas más.
Me gusta escribir sobre mi vida, pero luego me doy cuenta que apareces tú y dudo si es así porque tú me inspiras o porque hay algo más, sólo en mí.
Me gusta existir, aunque ya no esté en tu vida.

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