sábado, 6 de junio de 2009

El paralelismo de tus lunares


¿Debería decirte que he aprendido a mirarte dos de tus lunares a través de fotografías? No lo sé. Sólo sé que desde que no estás ahí invierto parte de mi tiempo en ver las fotos en las que salimos juntos. Y debería decirte que me gusta el lunar que rodea tu boca. Es gracioso. Tú tienes un lunar marrón a la parte derecha e inferior de tu boca, yo, por contra, tengo un lugar casi del mismo color que mi piel, a la izquierda de mi boca, y en la parte superior. Me di cuenta de ello el otro día cuando miré esa fotografía en la que salimos juntos. Tú mirando al objetivo y yo mirando hacia arriba, sosteniendo un cubata. Y puede que no me contemples feliz en esa foto, porque no estoy sonriendo y pongo un gesto contrario al típico que suele ponerse para las fotos. Pero realmente lo era. Lo fui. Lo recuerdo y casi lo vuelvo a ser. Pero ya nada es lo mismo porque de una manera u otra dejé de tenerte. Dejamos de tenernos.


Bueno, volvamos al principio. Te decía que había aprendido a mirar dos de tus lunares. El primero es ese que habita cerca de tu cara, y es testigo de todos los besos que das. El segundo es paralelo al primero cuando levantas la cabeza y se puede contemplar tu cuello. Son casi del mismo tamaño, y me atrevería a decir que del mismo color. Resaltan, destacan. Porque a pesar de que el color de tu piel es tostado, tus lunares son todavía más marrones. Puede que nunca te hubieras dado cuenta de ello, me refiero a ese paralelismo entre dos de tus lunares. O puede que sí pero que nunca nadie te lo hubiera dicho antes. Aún así, qué más te dará que yo me fije en tus lunares si para cuando leas o escuches esto habrá pasado ya demasiado tiempo...y no me tendrás en cuenta. Mucho menos este tipo de conversación en el que yo te cuento que me gustan tus lunares, o que me gusta mirarlos a través de un documento digital que conservo en esta memoria. A veces me pregunto si no debería esconder esta carpeta de fotografías en algún rincón de este ordenador, para no mirarlas más. Pero sería estúpido. Hace algunos meses fui a revelar unas fotos y en algunas de ellas apareces tú. Y no puedo pasarme la vida escondiendo carpetas o álbumes sólo por no reconocerte. Sólo es necesario evadirme durante tres segundos de esta vida que me pertenece para imaginarte a mi lado, o en tu ciudad, sentado sobre un parque, sobre un banco...o conduciendo tu coche, con esas gafas que bien te quedan...

Creo que voy a dejarte... El lunes tengo el examen más difícil de todos. Siento mucha impotencia. No logro comprender muchos conceptos, y quizá sea porque nunca podré ser de números. Quizá sea porque desde el mío día en que nací estaba planeado que yo destinaría la tercera parte de mi vida a las letras, a escribir, a expresar todo lo que siento. Y en realidad no sé por qué te estoy contando todo esto.

Espero que tengas muchos motivos para sonreír. Luce tus lunares, y sé todo lo feliz que puedas. Me gustaría poder decírtelo, aunque no a la cara por imposibilidad física, sí me gustaría que hubiéramos vuelto a llamarnos.
Pero ahora sólo puedo llegar a ver los créditos de la película. El fin quedó atrás.

2 comentarios:

  1. Habia una pelicula o un libro en la que decia 'nadie va a querer ese lunar como lo queria yo' algo asi era, no lo recuerdo bien

    Un beso

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