sábado, 17 de enero de 2009

Casualidades

No sé si es que debo creer siempre en las casualidades y éstas logran unirnos de vez en cuando, o es que los viernes tú te acuerdas de mí. Por un parte, sí, creo en las casualidades, pero por otra no quisiera pensar que sólo los viernes te acuerdas de mí, o quizá sea que también, por casualidad, ves mi nombre en la pantalla de tu teléfono y decides hacerme una llamada perdida. En realidad, no sé si anoche hiciste esa perdida, o, por el contrario, me llamaste. Lo que sí sé es que esta noche te he soñado.
Si ahora estuviéramos hablando me preguntarías qué he soñado y yo te diría que no me acuerdo, (como la última vez), pero ahora es diferente. La última vez me desperté y no pensé en el sueño, esta vez, me he despertado varias veces y sí lo he hecho. Has aparecido tú.
Yo estaba en Madrid y tú me acompañabas. Estábamos en el metro, enfrente el uno del otro. Avanzábamos varias estaciones, y durante el transcurso del viaje, me mirabas y te acercabas a mí muy deprisa, y comenzabas a besarme sin soltarme. Al mismo tiempo dejabas caer en mi mano una nota. Esa nota era una poesía, recuerdo que en el sueño la leía en voz alta y no podía para de sonreír. Ahora sólo logro acordarme de dos de los versos de ese poema; aunque, en realidad, más que poema, era una declaración de intenciones, de sentimientos. Por eso sólo ha sido un sueño. Imagínate exprensando tus sentimientos a través de besos y palabras escritas en un papel. Sí, puedes imaginarte, pero no conmigo. Yo tampoco puedo imaginarlo. Es surrealista ¿verdad? Pero ha sido mi sueño, y sólo por eso, quiero tener ese recuerdo. No sé tampoco si ese sueño tiene algún significado para mí. Anoche me acosté y no pensé en ti, pero aún así, has aparecido. Y sé que todo esto puede parecerte una tontería, pero también sé que no puedes imaginarme más feliz que en ese sueño.
Piensa en las casualidades y dime si tú también crees en ellas. Sólo para conocerte un poco más, sólo para saber que te importo en alguna medida y pienses que también es bueno que yo sepa como eres... Tu llamada (¿perdida?) a las cuatro de la mañana, y mi sueño. Tú. Yo. Tal vez la palabra sea ilógico. Tal vez si deje de creer en las casualidades deje de tener esos sueños. Tal vez sería mejor. Pero sólo tal vez, y tampoco lo sé.

2 comentarios:

  1. Los sueños... nos acercan a muchas cosas. Parece que bien, pero cuando sueñas te das cuenta de que nada esta bien. Eso me pasa a mi. :)

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  2. Yo creo en las casualidades y en los sueños...
    Los sueños la mayoría de veces en eso se quedan...
    Pero hay que seguir soñando...

    Un beso guapa

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