viernes, 9 de octubre de 2009

Certeza y coraje

Antes he caído en la tentación, o llamémosle vicio, o bautizémosle gilipollez; de pensar qué estarías haciendo. Se me han pasado varias cosas por la cabeza: has podido escaparte de puente con tu pareja, o habrás cenado hamburguesas en familia, o habrás cuidado de tu hermano pequeño, o habrás comido un bocadillo para hacer tiempo hasta las doce, que bajarás y te irás de fiesta con tus amigos. Antes he caído en la cuenta de que yo siempre quise que supieras todo cuanto yo viví. No fui egoísta, ni me cosí la boca por miedo a nada. Te dije todo cuanto yo quería que supieras, y más, incluso. Pero también he descubierto que no se puede ser tan y tan generosa con personas como tú. Y aunque trato de pensar que tú no tienes la culpa, algo de ella se sube a tu espalda. Pero tú nunca lo has visto así, y yo siempre te idealicé, hasta que terminé de abrir bien los ojos. Hasta que empecé a usar bien mis parpados. Hasta que el sol dejó de hacerme daño.
También he caído en la (ahora especifiquemos) infinita estupidez, de que puede que dentro de unos meses, o años, quien sabe; llegue a tus manos la historia que idée para los dos. El otro dia me atreví a volver a leerla. Puede que todo quede resumido en eso, en esa historia de ciento cuarenta páginas que probablemente no leerías, o sí. Bien sé que no mereces algo así, y que debería escribir de y sobre chicos que nunca he conocido, de bocas que nunca he besado y de manos a las que nunca me he agarrado. De brazos a los que nunca me he anudado y de piernas a las que nunca me he subido. De ombligos que nunca he besado y de ojos en los que nunca me he mirado. Y aquí me tienes, escribiendo a las once y veinticinco de la noche de un viernes largo, sobre alguien que me soltó, sobre alguien que nunca me regaló un poco más de cariño.
Y, después de todo, creo que también ha tenido que ver para escribir todo esto, el hecho de escuchar ese cd, de ese cantante que con doce años me volvía loca (a mí, y a la mitad de las jóvenes de aquella generación). Ahora, hacía mucho, mucho tiempo que no le escuchaba. Pero, por inercia o por casualidad, he escuchado su último disco, todas sus letras. Y mientras lo hacía, me he dado cuenta que casi todas ellas hablan de lo que a mí me gustaria que tu hubieses vivido, lo que tu hubieses sentido y sintieras, por haber contado algo en tu vida. A mi parecer, muchas hablan de ti y de mi, sin embargo, no puedo quitarme esta cancion de la cabeza. La escuchamos en tu coche aquel sabado de marzo. Puede que no haya vuelto a sonar en tu cuarto, puede que al oirla de nuevo ni siquiera te acuerdes de que yo la escuché contigo, pueden ser tantas cosas... y sólo puedo seguir aceptando que nunca me faltó coraje para abrirte mi mente y mi corazón y que puede que no encuentres nunca tanta verdad en otro ser.

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