jueves, 22 de octubre de 2009

Discernir

Ella pensaba que en alguna ocasión había hecho el amor en un hotel de estación barato, y que en otras, lo había hecho en mitad de un descampado atestiguada por perros de raza desconocida. Entre tanto, iba viviendo. Descubrió que eran amores-amantes o lo que es peor, en esas otras ocasiones, pequeños hierros a los que aferrarse ardientemente, sin contar cuántos pasos podría dar más al mismo compás y ritmo que esa otra persona que sí se estaba enamorando de ella.
Después de un tiempo, dejó de contar los te quieros, los nos volveremos a ver pronto, los te necesito y los te amo. Mucha palabrarería para tan poco sentido, en esas ocasiones. En otras, dejó el alma, el pecho, la garganta, los brazos, los bolsillos, la vergüenza, el miedo y apostó mucho. En varias ocasiones creyó aquello, para que, luego, fuera consciente que nunca hizo el amor en esos lares, simplemente folló.
Folló en una cama de dos metros en una habitación con goteras y un aire acondicionado algo estropeado. Folló, también, en un coche de diez años de antigüedad, que había cogido prestado su acompañante. O quizá ella hizo el amor unas veces y en otras se lo hicieron a ella. Pero ya no quiere saberlo. No le interesa hablar de amores pasados como aquellos, si es que puede catalogarlos así, y ahora.
Después de tantas cicatrices, tiritas de parafarmarcia y betadine de farmacias de guardia (caras, por cierto), después de las heridas del (des)amor; se encarga de abrir los ojos para ser quien siempre quería ser. Para no depender. Para ser todo lo feliz que puede ser sin ataduras, sin te quieros, pero también sin líos en la cabeza, sin arrepentimientos, sin meteduras de pata, sin historias para salir del paso, sin desgarros al cuarto contacto. Sin mentiras, al fin y al cabo. Porque eso es lo que a ella le gusta, vivir sin mentiras, vivir sin pensar si eso que esa boca le estará diciendo, pesa más en la balanza de la certeza, o no.
Le hubiera gustado tener así de abiertos los ojos hace ya varios años, pero no supo, o lo que es peor, no quiso. De todas formas, no cree que esos errores sean tan grandes, sobre todo si a partir de esos errores descubre que sentirse amada, una vez al año, no está tan mal.

2 comentarios:

  1. Me pregunto si no tendría yo también ya que ir abriendo los ojos...

    (Aunque sea una vez en la vida; si es de verdad, ya es mucho).

    Un beso.

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  2. siempre pedimos hechos si no, no nos creemos nada..pero luego en cuanto nos dicen algo,ya vale y no es así.

    .-.

    :**

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