domingo, 4 de octubre de 2009

La no rendición y la sucesión de todos mis días (sin ti)


Rendición
f. Sometimiento al dominio o a la voluntad de alguien.

Podría decir que me rindo, que me rindo ante esta estúpida idea de olvidarte para siempre. No creo que pudiera conseguirlo aunque aparecieran veintidos más como tú. Tampoco sé si soportaría a esos veintidos como tú. Además, con estar así, me conformo. Puede que tenga días más duros que otros, unos más fáciles que otros, y el resto serán normales, normales, y sin ti. Serán como los días que vivía antes de que tú y yo volviéramos a hablar de todo lo que formaba nuestras vidas. Solamente tengo que tirar a la basura esas conversaciones, las palabras en forma de recuerdo y tu manera de mirarme cuando lo hacías con la sensación segura de estar atrapándome un poco más. Pero me rindo, y sí, después de buscar la definición exacta, sé que no se trata de una rendición más, sino del simple acto de rendirse ante una situación. No puedo rendirme ante ti, porque si me rindiera ante ti, en el momento en que escuché de tu voz: "Yo tenía pensado arreglar las cosas", yo hubiera olvidado todo ese cúmulo de cosas que tenía que decirte, y me hubiera quedado con todo eso dentro, que hubiera terminado explotando más tarde, también lo sé. Por eso me digo a mí misma que es mejor así, que puede que no te termine por olvidar nunca por mi estúpida idea de rendirme antes de tiempo y de no dejar pasar más semanas, más meses. Pero si de algo estoy segura ahora, es que me basto para seguir adelante, con todos esos días claros, difíciles, y con ganas de llorar o de reír hasta que tenga que apretarme la tripa con las dos de mis manos.


Supongo, que, después de todo, el que se rindió fuiste tú. Hay mil maneras de rendirse, y mil motivos. Dejemoslo aqui, y no aparezcas más.

1 comentario:

  1. Yo creo que también me he rendido, aunque si vuelve a aparecer (por remota que hoy me parezca la posibilidad), no sé como reaccionaré...

    Besos

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