viernes, 2 de octubre de 2009

Guapo a rabiar


Si le dijera que a mí me parece un hombre guapo a rabiar, no me creería. Dudaría de mis palabras y me tacharía de cumplidora. Pero lo cierto es que no me conoce lo suficiente, como para no saber que a mí nunca me gustó recibir cumplidos ni manifestarlos, y mucho menos, los cumplidos porque sí. Pero asi me lo parece. Guapo, con todas las letras, y en mayúsculas si me lo propongo. Además, cuando vi esta foto, no tuve duda alguna. Puede que una boca cerrada, tensa, y unos ojos bajo unas gafas oscuras, no nos transmita nada, pero todo depende de la persona. Y él, guapo a rabiar, recordemos, lo consigue sonriendo, con gafas, en blanco y negro y hasta posando con la tez más seria que nunca. Si le dijera que a mí me parece guapo a rabiar, si se lo dijera, no sé qué podría responderme, y qué acabaría pensando. Pero ahora acostumbro a escribir todo lo que se pasea por mi mente, y ahora se pasea él, en este momento, en este segundo.
No todos los días (ni todas las noches) se llega a conocer a un hombre así.


2 comentarios:

  1. La belleza es una piedra preciosa, sin nombre, envuelta en una roca esperando a ser descubierta. Haces bien en escribir todo lo que pasa por tu cabeza, pero espero que no se quede solo aquí, que no acaben siendo palabras mudas.

    ResponderEliminar
  2. Así, Niña Sol, vamos mal. Esto pinta a pringue venidero :S

    ResponderEliminar