domingo, 18 de octubre de 2009

¿Te acuerdas?

¿Te acuerdas de la primera vez que escuchamos nuestras voces por teléfono? Era una nochevieja, hace mucho, hace bastantes años. Me acuerdo que una de las primeras cosas que te dije fue: "¡Si tienes voz de hombre!" Exclamada. Sorprendida. Como si no hubiera pasado el tiempo, pero había pasado.

¿Te acuerdas de aquel mensaje de texto que me enviaste cuando yo te dije que estaba en un recinto de un concierto de Chenoa hace seis años? Me contestaste y me acuerdo casi perfectamente de todo lo que en él me pusiste (fíjate hasta que punto fuiste importante para mí, después de varios meses de distanciamiento y ausencias mutuas).

¿Te acuerdas de la vez en que te dije (hace apenas unos meses) que cuando teníamos trece años llevábamos las mismas deportivas? Tú para jugar a fútbol, chutar y meter goles. Yo para jugar al baloncesto, saltar y correr. Me acuerdo de esas zapatillas a la perfección. Y las conservo, porque a mi madre aún le valen y cada vez que se las ponen viene a mi mente de manera directa y sin entretenimiento alguno, la cara de aquel chico moreno y guapo. Tú. Supongo que tardaré en no recordarte cuando vea esas zapatillas.

¿Te acuerdas de la despedida en la estación el uno de noviembre del año pasado? Yo sí. Me acuerdo casi segundo a segundo. Me pareció vivir un corto. Un corto donde no hacía falta hablar ni explicar nada para saber que mi estómago estaba únicamente compuesto de nervios, de ganas, del deseo de abrazarte y no soltarte.

¿Te acuerdas del momento en que en aquella clase giré el cuello, me volví hacia tu mirada, y te dije que me mudaba de ciudad? Lo pienso y creo que en ningún momento aquello te asustó.

¿Te acuerdas que siempre tuve tiempo para ti, por ti?

Después de todo, supongo que no. Supongo que no te acuerdas de nada de esto porque para ti nunca fue más que parte de la normalidad de dos vidas, normales, también. Pero para mi tú nunca fuiste normal. Y creo que yo tampoco debo ser demasiado normal cuando, aún después de tres meses sin sabernos, sigo escribiendo(te).

Quiero encontrar inspiración en otro ser, y tú no me dejas.

3 comentarios:

  1. No te deja?
    ya se marchará, ya verás.
    Cuando dejes de convocarlo.
    un saludo y suerte

    ResponderEliminar
  2. Ese " y tú no me dejas" después de tantos " ¿te acuerdas de?", casi no necesita más palabras.Las circustancias concretas no tienen importancia.
    Son muchos ¿Te acuerdas de? y cuando los quieres convertir en "me olvido de" ,hay un "no te dejo ", y otro "te acuerdas de" ,con consciente ceguera ante tanto egoismo.
    Hagas lo que hagas tu sales ganando, aunque a veces parezca que no.
    un beso .

    ResponderEliminar
  3. No se puede olvidar hasta que de verdad se quiere (y eso es mucho después de darnos cuenta de que nos convendría).

    Un beso.

    ResponderEliminar