domingo, 18 de octubre de 2009

18 de octubre

Hay ciertas fechas que no se te olvidan nunca, por mucho que desees lo contrario, por muchos más años que pasen desde aquel día, o por muchos otros recuerdos que puedan ir amontonándose en la caja de nuestra memoria.
Hoy, hace siete años que cambié de ciudad, de aire, de casa, de habitación, de piel, de ojos, de amistades, de estados de ánimo, de ilusiones y de sueños. Hace siete años, mi vida era un caos, un tremendo laberinto donde lo único que sabía hacer bien era estudiar, hacer comida para una cada mediodía, escribir y llorar en silencio. Me especialicé en no hacer ruido antes de intentar dormirme, a pesar de dejar la puerta abierta sin querer. Esperé cosas que llegaron y las que no, nunca más acabaron volviendo a mí. Pensé que lo nuevo (y bonito) que podía llegar a mi vida,podría quedarse un tiempo, pero pronto me di cuenta que eran simples reflejos, segundos que sólo eran eso, segundos.
Es sencillo dar un abrazo o una palmada en la espalda, o decir "Entiendo por lo que estás pasando", cuando en realidad esa persona no tiene ni puta idea de lo que es eso que tú estás viviendo. No, no tiene ni puta idea de lo que significa para ti guardar catorce años de tu vida en cajas de cartón y enterrar una felicidad entre paredes que no volverás a ver, a adornar y a pintar con una sonrisa en tu rostro.
Me quitaron mi ventanal, mis días felices, las sonrisas de las personas que me vieron crecer.
Ahora, ahora lo pienso y creo que nunca he sido tan infeliz. Ahora las cosas han cambiado, y mucho. Poco a poco, progresivamente. De hecho a mi nunca me gustaron los cambios rápidos. Y de esa manera, paulatinamente, me fui sintiendo mejor, mejor con el mundo, con el resto de personas que llamaban a mis puertas, con nombres nuevos, rostros nuevos, y porciones de cariño que no siempre supe recibir, ni ver.
Ahora creo que la mitad de las cosas que allí se quedaron, no significan lo mismo para mí. Me quedo con el recuerdo y con la felicidad que vivi en sitios diversos, con las personas que aún siguen formando parte de mi vida y no dejaron que les afectara un cambio así en mi vida. Me quedo con eso, pero también con el presente y con el futuro, que sé que irá modificándose a golpe de pasos y saltos. A través de cambios de todo tipo, por mucho que a mi me pueda llegar a pesar.
Aún así, cada cambio te hace más fuerte, más independiente, más creativa, más tú. Y eso es lo que importa. Te forjas un escudo que sabes cuándo y con quién utilizar. Te forjas unas paredes y una vida " a tu medida". Conoces a qué saben tus lágrimas y dónde termina su camino. Conoces hasta dónde puedes llegar, y cuáles son tus limitaciones después de experiencias de ese tipo donde reinan la rabia y la tristeza azul.

6 comentarios:

  1. los 18 me persiguen mes a mes
    desde el 18 de agosto del 2007

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  2. Es verdad que esos cambios nos ayudan a conocer mejor nuestros límites.

    (Pero a menudo preferiríamos no conocerlos, ¿no?).

    Besos.

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  3. Es complicado meterse en los zapatos de otros, porque aunque todos vivamos una misma historia, cada uno la hacemos "nuestra" en el momento que la pasamos por el tamiz de nuestra personalidad... Aunque todos estuviesemos frente a una misma imagen, cada uno veriamos algo distinto... algo que llama nuestra atención, por nuestra manera de ser, por nuestro ánimo en ese momento, ...

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  4. Hace siete años que cambié de vida, y hace siete años que ´guardé otros siete en cajas de embalaje. Era la segunda vez que lo hacía. Pensé que de eso nadie sobrevive, pero lo hice y estoy viva.
    Después de maltratarme el corazón y el cuerpo en historias sin sentido he vuelto a enamorarme.
    Ahora me siento feliz, aunque no se por cuanto tiempo, ni me importa...

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  5. No sé porqué esta historia se me hace familiar... ya es la segunda vez que mi vida cambia de rumbo, y si, al principio todo es diferente y caemos en un abismo del que creemos no poder salir. Nada volverá a ser como antes, aunqe te digan que vayas donde vayas encontrarás la felicidad, pero hay que seguir adelante, algún día podremos encontrar el rumbo y ser felices, estemos donde estemos

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