viernes, 16 de octubre de 2009

Palabras banales

Cuántos días desde aquel final de julio he esperando que volvieras con palabras similares a:

"Laura, me gustaría saber de ti. Necesito que volvamos a ser quienes éramos. Deja que te llame algún día".

O...

"He estado un poco ciego y lo reconozco. Reconozco que fastidié y tiré por la borda el 80% de esta relación que nos hacía sentir bien a ambos."

o...

"Joder, Laura, no sé qué es lo que hacemos mal pero sé que no me cansaría de intentar seguir siendo quien he sido para ti siempre. Pero sí quiero recuperarte, y que tú quieras recuperarme, también. No quiero que pase más tiempo sin estar seguro de si el día de mañana tú vas a ser feliz, si vas a dar con el tío adecuado o si tú escucharás mis lamentaciones, que seguramente tendré y eres quien más y mejor podría escucharme. Yo, mientras, te prometería una sana mirada hacia tus ojos, que a veces se pintan de verde, y cuando así es, te miro y te veo preciosa. Regresa a mi vida."


Y cuántas gilipolleces puedo llegar a escribir(me) con la vana ilusión de que JAMÁS saldrán de tu boca palabras como estas. Que tu nunca cederías, ni darías tu brazo a torcer ni vivirías un día entero sin ir con tu orgullo de la mano. Solo espero que ese orgullo no te reconcoma más, y no provoque que otras mujeres como yo, sean tan inútiles de pasarse noches escribiendo cosas como estas.

4 comentarios:

  1. No podemos esperar mucho de aquellos que están demasiado vacíos como para llenar estas almas demasiado henchías....

    ResponderEliminar
  2. ay madre el orgullo...
    bueno, no te precupes de las demás mujeres, cada una...
    bonito blog

    ResponderEliminar
  3. acabo de ver que tienes mi blog, en tus enlaces, gracias por el honor.
    un saludo

    ResponderEliminar