lunes, 21 de septiembre de 2009

Tiempo para no pensar en ti

Es cierto que nunca pensé en trabajar como relaciones públicas, ni ejercer funciones de secretariado. De hecho, ni me gustan los teléfonos. Soy más de palabras de puño y letra y del cara a cara, del contacto físico, de las risas y las miradas en directo. Es cierto que odio el turno partido, y que necesito tener más tiempo libre, pero, por otra parte, me alegra saber y ser consciente que durante todas esas horas que me veo obligada a estar enganchada al teléfono, a cientos de voces desconocidas y a papeles llenos de números y nombres completos, no pienso en ti. No paro a pensar si has aprobado los exámenes de septiembre, si cumples o no medio año con la chica que te ha enamorado o si todo en tu familia y vida en general, va bien. Intento no pensarlo porque, además, tengo que aprender a ser un poco egoísta con la gente como tú. Me hubiera gustado que en julio, antes de mi llamada, tú hubieras aparecido, que te hubieras preocupado por mí, por saber si era ya o no maestra, o si las cosas en mi vida habían cambiado demasiado. Ni siquiera te mostraste demasiado interesado cuando te dije que tardaría mucho tiempo en volver a Madrid. Y es que las cosas cambiaron, otras más desagradables sucedieron y tú ni siquiera has sido alguien pasivo en todo esto, porque no sabes nada. Y ¿sabes que siento? que si nos reencontraramos, ya no me saldrían tantas palabras. No. Porque sentiría, a primera vista, que habrías dejado de conocerme, casi del todo.
Y si me hubieran dicho todo esto hace meses, no lo hubiera creído. Te juro que no.

1 comentario:

  1. Pero hoy ya no es entonces, y las cosas han dejado de verse como en aquellos momentos.. se ha cambiado el punto de vista desde donde miramos las cosas, las circunstancias nos han hecho modificar ese angulo.. Dicen que eso es vivir

    ResponderEliminar