lunes, 28 de septiembre de 2009

Un nuevo lunar por bautizar

Te voy a contar un secreto, pero sólo uno (y de momento).
A pesar de que desconozco si entre tú y yo existe algún síntoma de telepatía, sólo puedo decirte que mientras venía caminando hasta estas teclas, por el pasillo de mi casa, he pensado en ti, y tras sentarme ante esta pantalla, has aparecido tú.
Eres impredecible, como yo, (parece mentira). Y no sé si es demasiado bueno serlo, quizás si, si se tratan de buenas y bonitas palabras, o de sorpresas gratas. (Todavía pienso en aquella noche no muy lejana en que (me) dijiste que a quien te apetecía darle una sorpresa a mí... Lo pienso y me muero de las ganas, pero cada día que pasa, sé, y me convenzo, que lo dijiste en ese instante porque se te vino a la cabeza cualquier cosa referente a mí, pero para hacer sorpresas, hay que créerselas, y esforzarse, y yo no sé si tú serías capaz, o tendrías ganas de sorprender a alguien que sólo besaste una vez, a alguien que conoces más por fotografías que físicamente).
Aún así, prosigo con la delatación de mi secreto. Hace menos de dos horas que he llegado a casa. Mi madre me ha regalado una sonrisa nocturna y la cena estaba preparada en la mesa de la cocina. Después, y ya delante del espejo, con gotas de agua en todo mi cuerpo, me he dado cuenta que un nuevo lunar ha aparecido en la parte superior de mi barbilla. Es pequeño, claro y apenas molesta. No sé por qué está ahí, sólo sé que está ahí desde hoy, y voy a tener que empezar a estudiar el nacimiento de los lunares.
Bien, pues el secreto va más allá. Cuando lo he visto, he sonreído y he pensado: "Ojalá estuviera aquí, lo viera, lo adivinara, lo bautizara y lo llenara de besos suaves, lentos, húmedos, ardientes...".
Como ves, y como acabo de comprobar, más que un secreto es una locura, una utopía. Algo que de vez en cuando se desea con las personas que menos piensan en nosotros, pero que nos marcaron por algo, por alguna cosa que nadie nunca hizo por nosotros.
Ése era mi secreto, mi secreto de hoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario